DESDE BORMUJOS, intento (y me cuesta) publicar esta entrada en clave positiva, pues a veces, y a tenor de mis últimos comentarios, temo estar convirtiéndome en un cascarrabias o al menos, parecerlo.
A bote pronto, al comenzar a escribir, si queremos hacerlo sobre el día a día de nuestro pueblo, inevitablemente, casi siempre lo primero que se nos ocurre, tiene que ver con la política local, y tal como está el patio…
¡Hombre!, ya que he mentado el patio, se me viene a la mente algo positivo, pues acordándome del patio del Ayuntamiento (al menos como estaba antes de la reforma), por él se accedía a la primera dependencia del Ayuntamiento, dependencia que ignoro si técnicamente es Registro o Atención al ciudadano, da igual, porque a lo que quiero referirme, es al personal que atiende esta dependencia municipal.
Partiendo de la premisa de que salvo alguna contadísima excepción, si al personal técnico y administrativo de nuestro Ayuntamiento, hubiese de darle nota, por su eficiencia y amabilidad, esta nota sería de un notable alto, las personas que atienden la dependencia de Registro o Información, actualmente ubicada en el antiguo ambulatorio, recibirían un sobresaliente cum laude.
Jamás, y jamás es nunca, he encontrado funcionario público, en el que se den de forma simultánea, conocimientos, espíritu de servicio, eficiencia en la información, amabilidad, y capacidad para conseguir que la persona que acude a la ventanilla, se sienta cómoda y perfectamente atendida.
Dicho queda.
Para no estropear el tono positivo, otro día hablaremos de sus jefes.